A falta de media hora para el partido faltaban al menos 2 jugadores y el capitán de los bastardos no se lo pensó. Daba igual que fueran las nueve y media de un domingo supercaluroso. Cogió el teléfono y llamo al míster al que levanto de la cama a una hora bastante indebida. Es mas lo convenció y se ganó el partido
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